La radioactividad es un fenómeno que ocurre en los núcleos de ciertos elementos (radioisotopos) que, al ser inestables, son capaces de transformarse en núcleos de átomos de otros elementos, por medio de desintegraciones radiactivas. Este proceso libera grandes cantidades de energía, en forma de radiaciones electromagnéticas, como rayos X o rayos gamma, o en emisiones de partículas.
Esta radiación es capaz de ionizar la materia, al extraer los electrones ligados a los átomos. La energía liberada al cambiar de forma puede detectarse con un contador Geiger.
Existen dos tipos de radiacion: radiación natural y radiación artificial.
RADIACIÓN NATURAL
Es la que manifiestan los isótopos que se encuentran en la naturaleza.
En 1896 Becquerel descubrió que ciertas sales de uranio emitían radiaciones espontáneamente, al observar que velaban las placas fotográficas envueltas en papel negro.
Marie y Pierre Curie al proseguir los estudios encontraron fuentes de radiación natural bastante más poderosas que el Uranio original, entre estos el Polonio y el Radio.
La radiactividad del elemento no dependía de la naturaleza física o química de los átomos que lo componen, sino que era una propiedad radicada en el interior mismo del átomo.
Hoy en día se conocen más de 40 elementos radiactivos naturales, que corresponden a los elementos más pesados. Por arriba del número atómico 83, todos los núcleos.
El fenómeno de la radiactividad se origina exclusivamente en el núcleo de los átomos radiactivos. Y la causa que lo origina se cree que es debida a la interacción neutrón-protón del mismo.
RADIACTIVIDAD ARTIFICIAL
Es la que ha sido provocada por transformaciones nucleares artificiales.
Radiactividad artificial: al bombardear elementos con proyectiles (partículas alfa, neutrones…) se obtienen isótopos radiactivos artificiales
en general, son inestables (T muy pequeño: horas,min, s…).
Para el bombardeo con proyectiles, hace falta:
Reactores nucleares (para generar proyectiles).
Aceleradores de partículas (para acelerar los proyectiles).